domingo, 21 de mayo de 2017

Ex Machina

Hace unas semanas vimos en clase Ex Machina, una película de Alex Garland estrenada en 2015.  Se clasifica como un film de ciencia ficción, thriller y drama. Esta valorada por filmaffinity con un 7'1.

Nathan, el creador y programador de los robots que aparecen a lo largo de la película, llama a Caleb para que pase unos días juntos y para realizarle el test de Turing a Ava, un robot creado por Nathan. Con el paso de los días, Caleb empieza a sentir cariño por Ava, lo cual puede parecer al espectador un tanto absurdo. Sin duda no lo es. La robot siente como un humano, quiere ser libre y se ve capacitada para serlo. Tanto es así que acaba dominando a su propio creador.
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En mi opinión esta película trata de reflexionar acerca de hasta que punto llegará la inteligencia artificial o, mejor dicho, hasta que punto dejaremos que llegue. Me sorprendió mucho la historia al ver posible lo que en ella sucedía. ¿Será posible en un tiempo no muy lejano tener con nosotros un robot así?
Sinceramente, al principio no veía posible un final así donde se notara tan claramente la supremacía de Ava, el robot, sobre los humanos. Conforme la película llegaba a su final, sí que era posible una victoria de Ava en su lucha por escapar.

A pesar de que sea difícil que a mi me gusten este tipo de tramas, Ex Machina me gustó mucho y me pareció muy interesante. Me pareció una buena elección para reflexionar sobre los muchos temas que esta tocaba: la moralidad en estos ámbitos, el dominio sobre los humanos, los derechos y deberes de los robots, la colonización progresiva de ellos... Pienso que estos temas darían lugar a un largo debate.

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En el caso de que tuviéramos robots inteligentes, cómo deberíamos regular su interacción con los humanos? Deberían tener derechos e deberes?
La verdad, me parece un tema muy complicado de analizar en estos momentos en los cuales no convivimos aún con estos robots diariamente. Aún así, en mi opinión creo que no nos es necesario crear seres que lleguen a tener capacidad emocional. Asimismo pienso que si nosotros somos los creadores tendremos que optar por algo que nos facilite un trabajo o nos proporcione algo en nuestro beneficio. Me parece incluso absurdo proporcionar tanta inteligencia a robot hasta el punto de que llegue a dominarnos, ya que estaríamos perdiendo el control de nuestra propia creación.

Por eso mismo, ante robots sin capacidad emocional no veo necesario tener que darles derechos, pero si deberes siguiendo el criterio, que suele ser teórico, de que "la tecnología tiene que avanzar siempre en beneficio de la humanidad". Llegados al punto de que el robot sea capaz de sentir sí que debería tener derechos.


Quizás esta opinión cambie cuando estemos más cerca de unos robots de esta índole, pero hasta el momento...


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